Por Laísa Freire, docente UFRJ
Imagino que pocos de nosotros acá en Brasil se ubican o conocen bien a los países de Centroamérica. Conocer no apenas sus nombres, sino también sus historias, luchas y culturas además de una exuberante naturaleza. ¿Quiénes han escuchado hablar de Nicaragua? Para mí, fue toda una experiencia, he aprendido mucho respecto a este curioso país que preserva una cultura artesana y memorias de las luchas Sandinistas. A través de la canción de Dúo Guardabarranco les comparto un regalo que he recibido.
En un lugar llora el cielo de ternura
En un lugar todo el verde está de fiesta
y en alta mar, no muy lejos de Corn Island y el Bluff
un hombre niño pesca un saco de mar.
En un lugar quema el cielo las estrellas.
En un lugar que me vio jugar de niño
tuve amistad, un amigo que no jugará jamás
pero la calle hoy se llama con él.
En un lugar llueve tanto que se apaga el sol.
Y el lodazal besa siempre tus rodillas.
Un viejo está aprendido sus primeras letras.
No tiene anteojos pero sabrá leer.
En un lugar donde el lago alza volcanes.
Y el tiburón hizo nido en agua dulce.
El huracán pone un bosque
en reverencia mortal. Tiembla la tierra.
Tiembla el mar de este lugar.
Dale una luz a la gente que ha buscado
su libertad. Contra el cielo y contra humanos.
Dale una luz a este pueblo que ama tanto vivir en Nicaruagua.
Pero, me pueden preguntar, ¿por qué este tema? ¿Qué tiene que ver Nicarágua con Educación Ambiental y con el cambio climático? Bueno, a estas tierras de volcanes y lagunas, he sido invitada por el profesor Josvell Saintclair, coordinador de una Maestria en Enseñanza de las Ciencias (http://www.unan.edu.ni/index.php/maestria/maestria-ensenanza-las-ciencias/), para hacer una conferencia sobre el cambio climático y la educación ambiental, considerando los resultados de proyectos desarrollados por nuestro laboratorio en el tema. Así que, en este post les comparto algunas de las reflexiones y propuestas presentadas en la conferencia.
Mi planteamiento fue que, además de reconocer el cambio climático como una cuestión ambiental compleja, se requieren procesos educativos que permitan a un replanteamiento de la relación ser-humano naturaleza. Es decir, además de entender sus causas, efectos, cuestiones sociales y ambientales involucradas y de elaborar estrategias de mitigación y adaptación, para enfrentar dicha cuestión, se demanda una visión de transformación social. Asimismo, el movimiento de justicia climática se caracteriza por trabajar en acciones y planteamientos que reduzcan la vulnerabilidad de grupos sociales desproporcionalmente afectados por el cambio climático. Además, promueve cuestionamientos a respecto al sistema de comercio internacional y defiende que la cuestión climática va más allá de un problema ambiental y se enmarca en una cuestión de derechos humanos. Complementariamente, y desde el campo educacional, la Educación Ambiental crítica es comprometida con la superación de las desigualdades y las injusticias socio-ambientales, desvelando contradicciones del modelo de desarrollo.
Con el reto de tratar del tema a partir de una relevancia local, me puse a pensar sobre las relaciones desiguales, de dominación y de poder que pueden estar relacionadas a la justicia climática en Nicaragua. Por ejemplo, el hecho que Nicaragua no contribuya activamente para el cambio del clima mientras sea un país muy vulnerable a eventos extremos nos indica relaciones sociales desiguales. ¿Por qué le afectan a Nicaragua los riesgos y los impactos negativos causados por alteraciones antropogénicas del clima? Mostré datos de noticias en la prensa local e informes internacionales que a través del análisis de la forma y función del lenguaje se puede comprender relaciones sociales desiguales y acceder o construir caminos para transformación social.
Nicaragua se presenta como el cuarto país más afectado por eventos climáticos extremos segundo el informe de la organización no gubernamental Germanwatch. Así que surge la pregunta: ¿Qué podemos hacer frente a estos riesgos?
En Brasil, hemos trabajado en la formación docente en ciencias buscando impartir visiones de ciencia y de tecnología no solamente comprometidas con el desarrollo de conocimiento y generación de mejorías en la calidad de vida de los ciudadanos, sino que se cuestionan sus funciones en el modelo económico actual. Entendemos que la ciencia y la tecnología pueden servir para mantener y agravar las desigualdades sociales, así como la distribución de impactos negativos y riesgos ambientales entre distintos grupos sociales. Potencialmente, estas demandas contemporáneas para un enfrentamiento justo de la cuestión ambiental, conlleva a la inclusión del tema ambiental en el currículo de ciencias.
A través de procesos de formación en servicio y de aportes a la formación inicial tratamos la cuestión ambiental en la enseñanza de las ciencias. Entendemos que el vínculo entre la Educación Ambiental y la Educación en Ciencias puede contribuir con una formación que empodere a los profesores de ciencias a abordar las cuestiones ambientales. Esto se puede hacer a partir de relaciones con diferentes áreas del conocimiento; de cuestionamientos respecto a controversias socio-científicas y de los desafíos que implican los problemas ambientales actuales, como el cambio climático. En este sentido, se plantea la superación de una mirada solamente restricta a la ciencia, y, por ende, se busca la incorporación de otros conocimientos, experiencias, visiones e ideas – con esto son necesarios el reconocimiento y la legitimación de otros saberes (no académicos).
Dichos procesos educativos para transformación social están en consonancia con el concepto del buen vivir. El concepto trabaja una propuesta política que busca el “bien común” y la responsabilidad social a partir de su relación con la naturaleza. El buen vivir replantea presupuestos del modelo de acumulación sin fin de bienes del consumo. Así que, la propuesta de giro político y educativo planteada por el buen vivir puede ser entendida como una alternativa al desarrollo tradicional. Es un abordaje postcolonial e incorpora las cosmovisiones de los pueblos originarios andinos.
Después de la charla, el periodo de intercambio con los participantes se desarrolló con la participación de ocho compañeros de diferentes especialidades. En este espacio se realizaron preguntas sobre los puntos propuestos en la presentación y sobre sus propias experiencias de gestión ambiental. Algunos de los docentes de la universidad compartieron sus vivencias desde las asignaturas que imparten.
Como aspectos positivos de la conferencia se destacan: la afluencia de los participantes (83 en la asistencia, más los que no se anotaron) y la diversidad de sectores de los que provenían; el interés que mostraron por la actividad a través de las preguntas y de las participaciones que tuvieron; la gestión del tiempo y la dinámica de la actividad, hizo que se desarrollara de manera fluida. Además, la presencia de los medios de comunicación, el diario HOY, el Nuevo Diario y los medios de la Institución, brindaran visibilidad al evento y de quienes recogemos sus notas en los siguientes enlaces:
Educación ambiental debe institucionalizarse
Cómo abordar el cambio climático en ambientes educativos
https://www.facebook.com/DirexTen/posts/1584063818342172
Para cerrar, les comparto una foto desde el mirador de Catarina que nos regala una imagen de la Laguna de Apoyo, una de las más bellas de allá que se encuentra un amplio y extinto cráter y posee muchas historias y cosmovisiones.
Para conocer más sobre la laguna: https://vianica.com/sp/go/specials/25-laguna-de-apoyo-nicaragua.html