En Latinoamérica escuchamos constantemente buenas referencias de países de Norte América y Europa, por tanto, tomamos referencias de algunos académicos y perspectivas para apoyar nuestros estudios, y es claro que es producto de que son considerados “países desarrollados” o que van en la “vanguardia”. Sin embargo, desconocemos cual es la historia que impulsó esos estudios. Un ejemplo de ello lo encontramos en Colombia, donde la educación ambiental está referenciada en los estudios de Canadá y al menos de un país latinoamericano como México. Y además, no solamente en los diversos estudios que se desarrollan allí, sino específicamente en la perspectiva de un autor, que estableció buenas relaciones académicas con actores sociales que lideran la educación ambiental en Colombia. Tanto así, que no puedo negar que parte de mi formación profesional y de maestría tuvo como referencia algunos académicos de Canadá. Al llegar a Brasil, me encuentro con críticas y propuestas alternativas, por ejemplo a la propuesta de las corrientes de Educación Ambiental por las macro tendencias. No puedo negar, que tuve y tengo resistencia sobre esta contra propuesta. Sin embargo, los caminos que han tomado mis estudios, me han distanciado de quedar en una discusión de categorizar la educación ambiental, y me han llevado a tener todo un panorama internacional de esta, identificando claramente el papel de Brasil y de Latinoamérica en la búsqueda de construir una educación ambiental con una mirada crítica y política, elemento que es identitario de nuestra práctica educativa como latinos. He podido evidenciar, los intereses del norte por una educación ambiental más conservacionista, más de cambio de comportamiento, más de desarrollar estrategias para una educación outdoor, y muchos intereses en una educación de la primera infancia.
Claro que estoy generalizando, y podría ser un error, ya que podemos encontrar propuestas e intereses más críticos y politizados. Y fue durante un summer school en 2016, para estudiantes de doctorado sobre educación ambiental en la Universidad de Cambridge, que tuve la oportunidad de conocer una profesora canadiense, que desarrolla esta perspectiva. Y es que en el campo de la academia, en mi concepción, podemos encontrar un puente, que contribuya a superar los límites geográficos, las imposiciones jerárquicas, la colonización, y me pueden llamar de ingenua, pero si como latinos no nos posicionamos y damos a conocer nuestro pensamiento al norte, como podrán saber cuál es nuestra propuesta.
Así, que me aventure a realizar un intercambio en Canadá, y específicamente un lugar desconocido para muchos de la tan referenciada Canadá, por ciudades como Vancouver, Montreal, Toronto, pero no, no fue en estas metrópolis, fue en una pequeña ciudad llamada Saskatoon en Saskatchewan.
The 9th WEEC
Para empezar el intercambio, participe del 9th Congreso Mundial de Educación Ambiental, en Vancouver. Este es la segunda vez que participo de este congreso. Mi primera impresión de Canadá fue en el avión, no puedo negar que los canadienses son personas súper amables, sonrientes y amigables. Este congreso, fue realizado en el Centro de Convenciones de Vancouver que en su arquitectura dialoga con un compromiso y una gestión ambiental.
Tenía muchas expectativas sobre qué iba a encontrar en el congreso, que tipo de relaciones académicas podría crear o fortalecer. Temáticas como Early Childhood Education and EE, Place Base Education and Local Outdoor, Learning: architecture and green design; arts based approaches in EE: agriculture and Garden Based Learning; Global and Cultural diversity in EE; Urban Eco-systems; Environmental communication; indigenous knowledge and EE; Ethics Lead learning and sustainability; social responsibility and agency / activism; natures as teacher; global policy and environmental education; perspectives, challenges and innovation in research., fueron parte del debate y la discusión.
Este congreso contribuyo a fortalecer relaciones, mucho de tiempo lo compartí con Sule Alici, estudiante de doctorado en Turquía, quien basa su investigación de educación ambiental en el ámbito de la infancia (childhood). Quien conocí previamente en el summer school. Además a crear nuevas relaciones, ya que tuve la oportunidad, cosa que nunca me imagine de compartir secciones como por ejemplo, mesa redonda con Marcia Mckenzie, Marco Rieckman, e inclusive en la sección de póster con Maritza Torres. Y a nivel cultural, en el intercambio de Vino, con los ya mencionados y con otros como Stephen Sterling, Ute Stontelberg, entre otros.
A pesar de que el congreso, tiene como idioma oficial el inglés, francés y español, para nosotros los latinos, si queremos que nos escuchen tenemos que hablar inglés, porque, normalmente los nativos de habla inglesa no saben más idiomas, lo que es diferente con algunas personas de Europa. Lo que contribuyó que algunas secciones planeadas en español, tuvieran poco público, o solamente público latino (que era bien reducido), lo que generó que muchas personas buscaran quien les hiciera la traducción de manera simultánea. En mi caso, había propuesto exponer en español, sin embargo de acuerdo al público, lo hacía en español o en inglés, siendo una de las pocas privilegiadas que podía interactuar un poco más con mi nivel de inglés intermedio. Lo que contribuyó, a establecer relaciones y compartir en las actividades culturales con personas de diferentes grupos académicos y con diferentes intereses. Y es que la educación ambiental es así, tan diversa, pero que busca el diálogo y los encuentros más allá de las fronteras, y por tanto los grandes académicos sentados, debatiendo con todos, estudiantes de pregrado, de maestría y doctorado. Y otra sorpresa, estudiantes de colegio de Turquía siendo participes activos de un congreso de esta magnitud.
Y percibí, también mucho interés por resaltar el reconocimiento indígena de Canadá, el diálogo cultural, pero hasta el momento no entendía por qué.
Fotografías: María Angélica Mejía Cáceres.
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Cultural Exchange a look of a Ph.D. student: Expectations, Experiences, and Findings
In Latin America, we consistently hear good references from countries in North America and Europe. Therefore, we take references from some academics and perspectives to support our studies. It is clear that it is a product considered “developed countries’ product” or thatgo in the vanguard. However, we do not know the history that drove those studies. An example of this is found in Colombia, where environmental education is referenced in studies in Canada and at least a Latin American country such as Mexico. Also, not in the various studies that take place there, but specifically in the perspective of an author who established good academic relations with social actors who lead environmental education in Colombia. So much so, that I cannot deny that part of my professional and master’s education had as reference some academics from Canada. When I arrived in Brazil, I found criticisms and alternative proposals, for example the proposal of the different types of Environmental Education (Sauve) for the macro tendencies (Brazilian perspective). I cannot deny that I have had resistance against the proposal. However, the paths that have taken my studies have distanced me from being in a discussion to categorize environmental education, and have led me to have an international panorama of it, clearly identifying the role of Brazil and Latin America in the search to build an environmental education with a critical and political perspective, it is an element that is an identity of our own educational practice as Latinos. I have been able to demonstrate the interests of the North for a more conservationist environmental education, more for behavioral change, more to develop strategies for an outdoor education, and many interests in an early childhood education.
Of course, I am generalizing, and I could be a mistake since we can find more critical and politicized proposals and interests. It was during a summer school in 2016, for doctoral students on environmental education, that I had the opportunity to meet a Canadian professor, who develops this perspective (Marcia Mckenzie). It is in that field of academia, in my conception; we can find a bridge that contributes to overcoming geographical limits, hierarchical impositions, and colonization. Call me naive, but if as Latinos, we do not position ourselves to communicate with the north, how can you know what our proposal is?
So, I venture to make an exchange in Canada. Specifically to a place unknown to many who reference Canadian in cities such as as Vancouver, Montreal, Toronto, no, it was not in these cities. It was a small town called Saskatoon, Saskatchewan.
The 9th WEEC
To start the exchange, I participated in the 9th World Congress of Environmental Education in Vancouver. This is the second time I participated. My first impression of Canada was on the plane, I cannot deny that Canadians are very friendly, smiling people. This congress was held at the Vancouver Convention Center, which in its architecture dialogues with environmental management.
I had high expectations about what I would find in the Congress, what kind of academic relationships I could create or strengthen. Topics like Early Childhood Education and EE; Place Base Education and Local Outdoor Learning; Architecture and green design; arts-based approaches in EE: agriculture and Garden-Based Learning; Global and Cultural diversity in EE; Urban Eco-systems; Environmental communication; Indigenous Knowledge and EE; Ethics Lead learning and sustainability; social responsibility and agency/activism; natures as teacher; global policy and environmental education; perspectives, challenges and innovation in research, were part of the debate and discussion.
This congress helped me to strengthen relations, I spent a lot of time with Sule Alici, whom I have previously met at the summer school in Cambridge. Sule is a doctoral student fromTurkey who bases her research on environmental education in the field of childhood. I aslo created new relations, since I had the opportunity which I never imanged to share sections as for example, in the roundtable with professors who already have great trajectories as Alan Reid, Marcia Mckenzie, Marco Rieckman, and even in the section of the poster with Maritza Torres, culturally, in the exhange of wine, with those formely mentioned and with others like Stephen Sterling, Ute Stontelberg, among others.
Despite the fact that the Congress has English, French, and Spanish as its official language, for us Latinos, if we want to be listen to, we have to speak English because normally English-speaking natives do not know any more languages, which is different with some people from Europe. The sections that were presented in Spanish had very small audiences, with some being only a latin audience (which was very small), which led to many people to find someone to do the translations simultaneously. In my case, I had proposed to expose in Spanish, however, according the public, I did it in Spanish or English, is one of the few privileged ones that could interact a little more with my level of intermediate English. That is helped contribute to establish relationships and share cultural activities with people from different academic groups, and different interests. That is waht makes environmental education so diverse, but that it looks for the dialogue and meetings beyond the borders, and therefore the great academics seated, debating with all, undergraduate or masters, and doctorate. Another surprise was Turkish college students being active participants in a congress of this magnitude.
And I noticed also, a lot of interest to highlight the indigenous recognition of Canada, the cultural dialogue, but until now I did not understand why.
English reviewer: Landon Floen.