Realizar mi pasantía de Doctorado en Brasil ha sido una experiencia profundamente enriquecedora no sólo en el contexto académico sino también en el personal. Desde el momento en que llegué a Río me encontré inmersa en una cultura vibrante, diversa y acogedora que, lejos de ser un simple lugar geográfico, se convirtió en un escenario de aprendizaje constante. Me presento soy Francy Johanna Moreno de nacionalidad colombiana, Licenciada en química, Magistra en ciencias biológicas, profesora de educación media desde hace 20 años aproximadamente y estudiante de Doctorado en Educación, a continuación, les compartiré parte de mi experiencia:
El origen
Todo comenzó en mayo de 2024, cuando mi tutor en Colombia, el Dr. William Mora, del Doctorado Interinstitucional en Educación de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas (UDFJC), me informó sobre una valiosa oportunidad. Una colega suya, la Dra. Laísa María Freire, de la Universidad Federal de Río de Janeiro, a quien conoce por su trayectoria académica y por trabajos colaborativos entre grupos de investigación, le había comunicado sobre la oferta de becas del programa Move la América, de la “Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível Superior” (CAPES), destinadas a realizar pasantías doctorales en las universidades de Brasil. Ante esta noticia, me invadieron tres emociones: la alegría, porque oportunidades como ésta no se presentan con frecuencia y siempre había deseado conocer Brasil; el miedo, ya que nunca me había alejado de mi familia por tanto tiempo; y la gratitud, porque fue gracias a los lazos académicos que mi director de tesis ha consolidado con otros investigadores y grupos de investigación que pude conocer y acceder a esta beca.
El inicio de la travesía
Debo confesar que el proceso de inscripción, la recopilación de la documentación requerida y la interacción con la plataforma fueron algo dispendiosos. Sin embargo, para junio ya había formalizado mi inscripción. A partir de ese momento, todo fue una mezcla de expectativa e incertidumbre, hasta que finalmente, en diciembre, se oficializaron las listas de becarios. Ver mi nombre allí fue una emoción indescriptible. Desde entonces, comenzó una nueva etapa: cumplir con todos los requisitos para solicitar el permiso ante la entidad donde laboro y gestionar la visa ante la embajada de Brasil. Este proceso me convirtió, sin querer, en una experta en trámites y en cultivar mi paciencia. Finalmente, tras completar todos los requisitos para el viaje, arribé a Río de Janeiro el 14 de marzo de 2025.
Recuperando mi capacidad de sorprenderme
Con el paso del tiempo y las premuras del día a día, vamos perdiendo la capacidad de asombrarnos. Algunas cosas se vuelven tan cotidianas que dejamos de notar su presencia. Para volver a sorprenderme y valorar lo que la vida me ofrece cada día, el destino me condujo a Brasil; sabía que Río de Janeiro es una de las ciudades más grandes de América Latina, pero verla desde el avión me dejó sin palabras. Llegué feliz al que sería mi hogar por casi cuatro meses, aunque también con el temor natural de quien llega a un lugar nuevo, donde se habla otro idioma y es necesario aprender a comunicarse y a moverse en un entorno desconocido.
Mi primera impresión fue que aquí se comprende bien el español si se habla despacio y en el transcurrir de los días, he venido encontrado personas muy amables dispuestas a orientarme y a brindarme su ayuda y construyendo lazos de amistad muy valiosos. Cada día, Río me sorprende con sus paisajes, sus colores, su música, sus sabores y ese mar hermoso que tengo la fortuna de contemplar cada mañana.

Volviendo a sentirme estudiante
Mi estancia la estoy realizando en la Universidad Federal de Río de Janeiro, donde he podido integrarme al grupo de investigación liderado por la profesora Laísa María Freire del programa de postgrado de Educación en Ciencias y Salud NUTES. Esta oportunidad me ha permitido contrastar y complementar mi enfoque teórico con nuevas perspectivas metodológicas y epistemológicas, considerando que la UFRJ cuenta con una rica tradición en estudios sociales, ambientales y decoloniales, ofreciendo la posibilidad de cuestionar y expandir los marcos conceptuales que venía trabajando en mi país de origen.
Caminar por los pasillos de la universidad, interactuar con otros estudiantes y asistir a clases regulares me hizo evocar recuerdos de mi época como estudiante de licenciatura, y con ello, reviví el orgullo profundo que representa formar parte de una universidad pública.

Uno de los principales aportes de esta pasantía ha sido el contacto directo con casos de estudio locales sobre la formación de profesores en educación ambiental, los cuales me han permitido profundizar en la dimensión ambiental de mi línea de investigación. Asimismo, el intercambio constante con investigadores y estudiantes, tanto del grupo de investigación como de las asignaturas del programa de posgrado y de las aulas inaugurales, han enriquecido significativamente mi perspectiva, favoreciendo el desarrollo de una mirada más crítica y compleja sobre los fenómenos que estudio.

Otra experiencia especialmente significativa fue mi participación en el XII Encuentro de pesquisa en Educación Ambiental (EPEA), realizado en la Universidad Federal de Paraná. De este congreso destaco la valiosa invitación a explorar otros modos de pensar que trasciendan los límites personales, que permitan considerar otros puntos de vista, que integren la estética de la naturaleza, así como una ética de responsabilidad que interrogue nuestros modos de vivir, en el que se considere a la naturaleza no como objeto, sino como un sujeto. Buscando con esta visión superar el racionalismo técnico que caracteriza al antropocentrismo, promoviendo una relación más consciente, respetuosa y transformadora con el mundo natural.

Puntos de Encuentro
La educación cumple un papel fundamental en la formación de ciudadanos capaces de enfrentar los grandes desafíos ambientales y sanitarios de nuestro tiempo. Considerando que el planeta continuará experimentando cambios irreversibles, es indispensable preparar a la humanidad para afrontar crisis ecológicas y la aparición de enfermedades emergentes, fenómenos que pueden derivar en problemáticas sociales y económicas. En ese sentido, las soluciones están ligadas a la necesidad de promover una relación más armoniosa entre el ser humano y la naturaleza, así como de una formación ciudadana ambiental que promueva el compromiso con la participación cívica y la acción colectiva para contribuir con la solución y prevención de estos problemas y desarrollar una sociedad y un mundo más sustentables (Hadjichambis, A. & Reis, P. 2020).
Desde esta óptica, se requiere de una educación articuladora entre ciencias y ambiente que integre pedagogías y didácticas que favorezcan el aprendizaje continuo, que fomenten un diálogo interdisciplinario y de saberes, estas prácticas deben promover la justicia, la equidad y la gobernanza, orientadas hacia la participación activa y la toma de decisiones para formar ciudadanos con habilidades y competencias globales que les permitan abordar los problemas valorando diversas perspectivas y respetando tanto los derechos humanos como los de la tierra. En ese sentido, es crucial indagar en los modelos didácticos pertinentes para la articulación de la educación ambiental y en ciencias que, tanto desde la teoría como desde la práctica posibiliten acciones formativas basadas en el diálogo respetuoso entre distintos saberes y distintas visiones del medio ambiente y la sociedad. (Mora, W., 2024; Freire, L. Kong, F. & Mora, W., 2024).
En este contexto, la investigación doctoral que vengo desarrollando se enfoca en la necesidad de fortalecer la práctica docente a través de un proceso formativo que integre la dimensión ambiental, en ciencias y salud, en el contexto de las crisis sanitarias pandémicas. Este escenario ha evidenciado vacíos significativos en la formación docente, particularmente en lo que respecta a la capacidad de abordar estas problemáticas de manera crítica; exigiendo una formación pedagógica y didáctica orientada a este tipo de cuestiones sociocientíficas y ambientales.
Es por ello que la pasantía internacional ha representado una posibilidad de afianzar el trabajo colaborativo entre grupos de investigación del Instituto NUTES-UFRJ y del Doctorado Interinstitucional en Educación DIE-UD; considerando que el programa de posgrado en el que me integro ofrece un entorno académico propicio para fortalecer y ampliar mi formación en el campo de la Educación en Ciencias y Salud desde un enfoque transdisciplinario y donde su experiencia en el desarrollo de investigaciones en el aula y con profesores, son relevantes para los objetivos del proyecto de investigación.
Para finalizar, más allá del ámbito académico, vivir en Brasil me ha enseñado a adaptarme a nuevas formas de trabajo, comunicación y convivencia, esta experiencia de intercambio ha sido valiosa, ampliando mi horizonte profesional, permitiéndome crecer en lo personal y reforzando mi compromiso con una ciencia más abierta y situada.
Referencias Bibliográficas
Hadjichambis, A. & Reis, P. (2020). Introduction to the Conceptualisation of Environmental Citizenship for Twenty-First-Century Education. Hadjichambis, A. et al. (Eds), Conceptualizing Environmental Citizenship for 21st Century Education, pp.1-14. Springer. https://doi.org/10.1007/978-3-030-20249-1
Freire, L., Kong, F., Mora, W. (2024). Science Education for Sustainable Development. In: Marzabal, A., Merino, C. (eds) Rethinking Science Education in Latin-America. Contemporary Trends and Issues in Science Education, vol 59. Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-031-52830-9_3
Mora, W., (2024). Articulación entre Educación Ambiental y educación en Ciencias en escenarios de Cambio Global: Aportes a una educación resiliente pos-sostenibilidad desde una didáctica centrada en cuestiones socioambientales. En Parga, D., Zapata, P., Tuay-Sigua, R.(Eds.), Educación en ciencias y matemáticas: contextos, desafíos y oportunidades. Primera edición. Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional. (pp 169-200).
Tradução:
Realizar meu intercâmbio de doutorado no Brasil tem sido uma experiência profundamente enriquecedora, não apenas no contexto acadêmico, mas também no pessoal. Desde o momento em que cheguei ao Rio, encontrei-me imersa em uma cultura vibrante, diversa e acolhedora que, longe de ser apenas um lugar geográfico, se tornou um cenário de aprendizado constante.
Apresento-me: sou Francy Johanna Moreno, de nacionalidade colombiana, licenciada em Química, mestre em Ciências Biológicas, professora da educação básica há cerca de 20 anos e atualmente doutoranda em Educação. A seguir, compartilho com vocês um pouco da minha experiência:
A origem
Tudo começou em maio de 2024, quando meu orientador na Colômbia, Dr. William Mora, do Doutorado Interinstitucional em Educação da Universidade Distrital Francisco José de Caldas (UDFJC), me informou sobre uma valiosa oportunidade. Uma colega sua, a Dra. Laísa Maria Freire, da Universidade Federal do Rio de Janeiro, com quem ele tem vínculos acadêmicos e colaborações entre grupos de pesquisa, havia informado sobre a oferta de bolsas do programa Move la América, da Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível Superior (CAPES), destinadas à realização de estágios de doutorado em universidades brasileiras.
Diante dessa notícia, fui invadida por três emoções: a alegria, porque oportunidades como essa não aparecem com frequência e eu sempre quis conhecer o Brasil; o medo, pois nunca tinha me afastado da minha família por tanto tempo; e a gratidão, já que foi graças aos vínculos acadêmicos que meu orientador construiu com outros pesquisadores e grupos de pesquisa que pude conhecer e acessar essa bolsa.
O início da jornada
Confesso que o processo de inscrição, a reunião dos documentos exigidos e a interação com a plataforma foram um tanto trabalhosos. No entanto, em junho eu já havia formalizado minha inscrição. A partir daí, tudo foi uma mistura de expectativa e incerteza, até que finalmente, em dezembro, foram divulgadas as listas oficiais dos bolsistas. Ver meu nome ali foi uma emoção indescritível.
Desde então, começou uma nova etapa: cumprir todos os requisitos para solicitar a licença no local onde trabalho e providenciar o visto junto à embaixada do Brasil. Esse processo acabou me tornando, sem querer, uma especialista em trâmites e no cultivo da paciência. Finalmente, após cumprir todos os requisitos para a viagem, cheguei ao Rio de Janeiro em 14 de março de 2025.
Redescobrindo minha capacidade de me surpreender
Com o passar do tempo e a correria do dia a dia, vamos perdendo a capacidade de nos maravilhar. Algumas coisas se tornam tão rotineiras que deixamos de notar sua presença. Para voltar a me surpreender e valorizar o que a vida me oferece a cada dia, o destino me trouxe ao Brasil. Eu sabia que o Rio de Janeiro é uma das maiores cidades da América Latina, mas vê-lo do alto, no avião, me deixou sem palavras.
Cheguei feliz ao que seria meu lar por quase quatro meses, mas também com o receio natural de quem chega a um lugar novo, onde se fala outro idioma e é preciso aprender a se comunicar e a se locomover em um ambiente desconhecido.
Minha primeira impressão foi que aqui se compreende bem o espanhol se falarmos devagar, e com o passar dos dias, venho encontrando pessoas muito gentis, dispostas a me orientar, a me ajudar, e estou construindo laços de amizade muito valiosos. A cada dia, o Rio me surpreende com suas paisagens, suas cores, sua música, seus sabores e esse mar maravilhoso que tenho a sorte de contemplar todas as manhãs.
Voltando a me sentir estudante
Minha estadia está sendo realizada na Universidade Federal do Rio de Janeiro, onde pude me integrar ao grupo de pesquisa liderado pela professora Laísa Maria Freire, do programa de pós-graduação em Educação em Ciências e Saúde (NUTES). Essa oportunidade me permitiu contrastar e complementar meu enfoque teórico com novas perspectivas metodológicas e epistemológicas, considerando que a UFRJ possui uma rica tradição em estudos sociais, ambientais e decoloniais, oferecendo a possibilidade de questionar e expandir os marcos conceituais que vinha trabalhando no meu país de origem.
Caminhar pelos corredores da universidade, interagir com outros estudantes e assistir a aulas regulares me fez relembrar minha época como estudante de licenciatura e, com isso, revivi o profundo orgulho que é fazer parte de uma universidade pública.
Um dos principais aportes deste estágio tem sido o contato direto com casos de estudo locais sobre a formação de professores em educação ambiental, os quais me permitiram aprofundar a dimensão ambiental da minha linha de pesquisa. Da mesma forma, o intercâmbio constante com pesquisadores e estudantes, tanto do grupo de pesquisa quanto das disciplinas do programa de pós-graduação e das aulas inaugurais, enriqueceu significativamente minha perspectiva, favorecendo o desenvolvimento de um olhar mais crítico e complexo sobre os fenômenos que estudo.
Outra experiência especialmente significativa foi minha participação no XII Encontro de Pesquisa em Educação Ambiental (EPEA), realizado na Universidade Federal do Paraná. Destaco deste congresso o valioso convite a explorar outras formas de pensar que transcendam os limites pessoais, que permitam considerar outros pontos de vista, integrar a estética da natureza, assim como uma ética de responsabilidade que questione nossos modos de vida — considerando a natureza não como objeto, mas como sujeito. Essa visão busca superar o racionalismo técnico característico do antropocentrismo, promovendo uma relação mais consciente, respeitosa e transformadora com o mundo natural.
Pontos de Encontro
A educação desempenha um papel fundamental na formação de cidadãos capazes de enfrentar os grandes desafios ambientais e sanitários do nosso tempo. Considerando que o planeta continuará passando por mudanças irreversíveis, é indispensável preparar a humanidade para enfrentar crises ecológicas e o surgimento de doenças emergentes — fenômenos que podem resultar em problemáticas sociais e econômicas. Nesse sentido, as soluções estão ligadas à necessidade de promover uma relação mais harmoniosa entre o ser humano e a natureza, bem como uma formação cidadã ambiental que estimule o compromisso com a participação cívica e a ação coletiva, contribuindo para a solução e prevenção desses problemas e para o desenvolvimento de uma sociedade e de um mundo mais sustentáveis (Hadjichambis, A. & Reis, P., 2020).
Sob essa ótica, é necessário pensar uma educação articuladora entre ciências e meio ambiente, que integre pedagogias e didáticas que favoreçam o aprendizado contínuo, fomentem o diálogo interdisciplinar e entre saberes. Essas práticas devem promover justiça, equidade e governança, orientadas à participação ativa e à tomada de decisões para formar cidadãos com habilidades e competências globais, capazes de abordar os problemas valorizando diversas perspectivas e respeitando tanto os direitos humanos quanto os direitos da Terra. Nesse sentido, é crucial investigar modelos didáticos pertinentes à articulação da educação ambiental e em ciências que, tanto no plano teórico quanto no prático, possibilitem ações formativas baseadas no diálogo respeitoso entre diferentes saberes e diferentes visões sobre o meio ambiente e a sociedade (Mora, W., 2024; Freire, L., Kong, F. & Mora, W., 2024).
Nesse contexto, a pesquisa de doutorado que venho desenvolvendo foca na necessidade de fortalecer a prática docente por meio de um processo formativo que integre a dimensão ambiental nas áreas de ciências e saúde, no contexto das crises sanitárias pandêmicas. Esse cenário evidenciou lacunas significativas na formação docente, especialmente no que diz respeito à capacidade de abordar tais problemáticas de forma crítica, exigindo uma formação pedagógica e didática voltada a esse tipo de questões socioambientais e sociocientíficas.
É por isso que o estágio internacional representou uma oportunidade de fortalecer o trabalho colaborativo entre grupos de pesquisa do Instituto NUTES-UFRJ e do Doutorado Interinstitucional em Educação DIE-UD, considerando que o programa de pós-graduação ao qual estou vinculada oferece um ambiente acadêmico propício para ampliar e fortalecer minha formação no campo da Educação em Ciências e Saúde a partir de uma abordagem transdisciplinar. A experiência do programa no desenvolvimento de pesquisas em sala de aula e com professores é particularmente relevante para os objetivos do meu projeto de pesquisa.
Para concluir, mais além do âmbito acadêmico, viver no Brasil me ensinou a adaptar-me a novas formas de trabalho, comunicação e convivência. Esta experiência de intercâmbio tem sido extremamente valiosa, ampliando meu horizonte profissional, permitindo meu crescimento pessoal e reforçando meu compromisso com uma ciência mais aberta e situada.